La prueba que el símbolo sexual no nace sino se hace es Megan Fox, quien a sus 25 años es el sueño de miles de hombres de distintas latitudes del orbe, pero no siempre ha sido tan bella y sexy, pues de adolescente era tan poco agraciada que se consideraba un auténtico patito feo.
Así lo confesó la actriz estadounidense al revelar que de niña tenía los típicos problemas de acné y dentales que ponían por los suelos su autoestima y, además, alejaban a los chicos de su presencia.
Según las declaraciones de la actriz para la revista The Hollywood Reporter, fue un verdadero patito feo de joven. "Nunca fui la chica guapa del colegio, con la que los chicos quisieran salir. Llevaba aparatos en la boca y me solía teñir el pelo de color naranja. No era de las populares, más bien era solitaria. Llegué al mundo del estrellato por otros motivos", aseguró.
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