Después de llorar, nos relajamos de tal manera que nuestra salud mental y física se ven beneficiadas. Y esto es fruto de un proceso biológico tan simple como que al llorar se limpia el lagrimal, se hidrata el ojo y se liberan hormonas del bienestar como adrenalina, noradrenalina y oxitocina, y opiáceos endógenos.
Lloramos cuando nuestro ánimo se altera, ya sea por emociones negativas o por empatía con las lágrimas de otras personas. En ese momento, llorar nos hace relajarnos y ser capaces de solucionar los problemas que nos hacen sentir así de mal. Se puede decir que cuanto más lloramos, más se reduce la carga emocional que tenemos y más aumenta nuestro estado de lucidez.
emociones y a expresar sus sentimientos a través del lloro, para evitar que las personas se sientan en exceso presionadas. Hay que tener en cuenta que los sentimientos reprimidos solo consiguen provocar más rabia, y esa ansiedad se somatiza provocando enfermedades, como problemas en la piel.
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