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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Llorar es bueno para la salud

Por supuesto, llorar no es algo que nos apetezca a nadie. Pese a ello, los expertos lo recomiendan como actividad terapéutica. Cuando derramamos lágrimas conseguimos que nuestras emociones demasiado descontroladas se calmen y que el nivel de angustia que tenemos descienda en picado.



Después de llorar, nos relajamos de tal manera que nuestra salud mental y física se ven beneficiadas. Y esto es fruto de un proceso biológico tan simple como que al llorar se limpia el lagrimal, se hidrata el ojo y se liberan hormonas del bienestar como adrenalina, noradrenalina y oxitocina, y opiáceos endógenos.

Lloramos cuando nuestro  ánimo se  altera, ya sea por emociones negativas o por empatía con las lágrimas de otras personas. En ese momento, llorar nos hace relajarnos y ser capaces de solucionar los problemas que nos hacen sentir así de mal. Se puede decir que cuanto más lloramos, más se reduce la carga emocional que tenemos y más aumenta nuestro estado de lucidez.

Precisamente por esto, cuando reprimimos el llanto nos dañamos la salud. Es esencial que desde la infancia se eduque a los niños a comunicar las

emociones y a expresar sus sentimientos a través del lloro, para evitar que las personas se sientan en exceso presionadas. Hay que tener en cuenta que los sentimientos reprimidos   solo consiguen provocar más rabia, y esa ansiedad se somatiza provocando enfermedades, como problemas en la piel.

Los psiquiatras afirman que la tristeza es un sentimiento natural y que es normal sentir este tipo de emociones y reaccionar ante ellas, sin quedarse bloqueado, porque eso solo conseguirá que queden en nuestro interior y se conviertan en un problema insuperable. Llorar no es ninguna enfermedad, sino una reacción normal de efectos beneficiosos. Hay que dejar claro que no nos previene de padecer enfermedades como depresión o ansiedad, pero sí que nos puede ayudar a paliar sus síntomas.

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