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sábado, 30 de abril de 2011

¡Adiós a las varices!


Cambiar tu estilo de vida puede ayudar a desaparecerlas, también existen diversos tratamientos

Las varices oscuras y retorcidas que serpentean por las piernas no son para nada bonitas. Mayo Clinic Women?s HealthSource trata sobre la causa de esas tortuosas venas agrandadas y de lo que se puede hacer al respecto.

Las varices pueden presentarse en cualquier parte, aunque con mayor frecuencia aparecen en las piernas y pies. Se desarrollan a causa del debilitamiento de las válvulas de la vena, que ocasiona acumulación de sangre. Los cambios que se producen en la presión de la vena alteran su forma y tamaño.

Pueden ser muy notorias y, por lo general, se ven peor de lo que se sienten. Este tipo de venas puede provocar una sensación de dolor o pesadez en las piernas; pero rara vez pueden, las varices contribuyen a una complicación grave, como un coágulo sanguíneo dentro de una vena.

¿Cómo acabar con ellas?
Implementar cambios en el estilo de vida puede ayudar a disminuir las molestias de las varices. Entre las alternativas están el evitar permanecer sentado o de pie durante períodos prolongados, mantenerse físicamente activo y, en caso necesario, perder peso. Las medias de compresión que se adquieren en las tiendas sirven para ayudar a que la sangre no se acumule dentro de la vena.

Cuando las varices no responden a la implementación de cambios en el estilo de vida, la alternativa es recurrir a uno de varios procedimientos quirúrgicos.

Escleroterapia: El médico inyecta una sustancia química dentro de la vena varicosa para ocasionar irritación y cicatrización. Podría ser necesario repetir el tratamiento varias veces hasta que la vena se selle y desaparezca de la vista.

Terapia con láser: Se dirigen descargas fuertes de luz hacia la vena, que lentamente se desvanece hasta desaparecer. Este abordaje se utiliza sobre todo en las venas más pequeñas.

Ablación térmica endovenosa: Se utiliza calor, sea de láser o de ondas de radio, para lesionar la vena y cicatrizarla hasta que se selle. La terapia se aplica mediante una sonda (catéter) pequeña que se introduce dentro de la vena.

Fleboextracción: Primero se sellan las venas varicosas largas y luego se las extrae a través de un corte en la piel. Anteriormente, los médicos utilizaban mucho este procedimiento, pero ahora se lo recomienda sobre todo cuando la ablación térmica endovenosa no es una alternativa factible.

Flebectomía ambulatoria: El médico hace varios cortes diminutos para extraer las venas que están cerca de la superficie de la piel. Este procedimiento generalmente se realiza conjuntamente con ablación térmica endovenosa o con fleboextracción.

Cirugía endoscópica de la vena: Se hacen cortes pequeños en la piel y luego se ubica una cámara diminuta en el extremo de un tubo delgado (endoscopio) para introducirlo en la vena y desplazarlo por la misma. La vena se sella mediante un dispositivo quirúrgico ubicado al extremo de la cámara y después se la extrae a través de los cortes pequeños.

La mayoría de estos procedimientos son eficaces, sin embargo es posible que las varices reaparezcan o que se requieran varios tratamientos.

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