El chocolate no es sólo un manjar para el paladar y uno de los dulces más apreciados por niños y mayores, también es un relajante y antidepresivo, al que acudimos con bastante asiduidad sin saber siquiera que sus propiedades dietéticas nos proporcionan estos beneficios. La atracción por el chocolate es instintiva y, con frecuencia, irrefrenable
Cuando sufrimos tristezas, desamores, decepciones..., en fin, en todos aquellas situaciones en las que el ánimo parece barrer los suelos de tan bajo que ha caído, lo primero que se nos viene a la cabeza es el chocolate para saciar nuestra infelicidad.
Muchas mujeres tras haber engullido una cantidad importante de chocolate con este fin suelen caer en un redoblado desánimo porque al día siguiente se sienten más gordas que nunca por la negligencia cometida con el chocolate.
A veces ni siquiera sentimos ese malestar del alma sino que sufrimos un cansancio que hasta los ojos parecen querer descender de sus órbitas y marcharse a la cama a descansar. El trabajo nos agobia y la capacidad de concentración ha mermado hasta niveles que nos consideramos incapaces de llevar a cabo ninguna tarea, las paredes de la oficina parecen amenazarnos con caerse sobre nosotros y no soportamos al jefe, ni tenemos ganas de sonreír a nuestros compañeros.
UN CHOCOLATE SIEMPRE A NUESTRO LADO
Para evitar que estos estados de agotamiento nos sorprendan en cualquier momento, debido a haber pasado una mala noche o a la sobrecarga de trabajo, sería recomendable llevar una barrita de chocolate siempre consigo. Si no se toma esta precaución procure hacer una escapada para poder adquirir una barrita en cualquier tienda. Al poco rato comprobará los beneficiosos efectos que tendrá sobre su energía mental y física.
El chocolate no es sólo un manjar para el paladar y uno de los dulces más apreciados por niños y mayores, también es un relajante y antidepresivo, al que acudimos con bastante asiduidad sin saber siquiera que sus propiedades dietéticas nos proporcionan estos beneficios.
Pero estas circunstancias que suelen producirse con frecuencia, muchas veces se suelen atribuir a que forman parte de un mito. Nada más lejos que eso. El chocolate contiene los componentes dietéticos necesarios para no sólo elevar el ánimo y hacernos sonreír sino que favorece la concentración y la energía física. Además de tener propiedades medicinales naturales.
El chocolate es uno de los muchos alimentos que producen al ser ingeridos una sensación de bienestar. La explicación es que determinados componentes tienen un efecto sobre nuestro cerebro que permite la liberación de unas hormonas denominadas endorfinas que favorecen el estado de ánimo.
Las últimas investigaciones apuntan que el chocolate actúa a través de las mismas vías neuroquímicas que se utilizan en los antidepresivos y ansiolíticos, es decir, de la dopamina, de la noradrenalina y de la serotonina, sustancias de las que dependen el estado de ánimo. Además, su cafeína resulta un buen estimulante para los deportistas y ante esfuerzos intelectuales, resistencia a la fatiga. Con un alto valor nutritivo, pues contiene magnesio, que ayuda a mantener la salud de los músculos, así como a la formación de célula nuevas y resulta un eficaz calmante para la ansiedad.
También se ha demostrado que tomar cacao de forma habitual disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer o enfermedades de tipo autoinmune y degenerativo. A lo que se añade que, debido a la cantidad de antioxidantes que contiene, retrasa el envejecimiento. Por sus componentes en zinc y hierro previene la anemia.

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