Por: Diana Cortes
Ayer por la mañana, la Sala del Cabildo Municipal fue testigo de una de las sesiones más apáticas y aburridas en la breve historia de la presente administración. Caras largas, impaciencia reflejada en las manos y el ring- ring del celular, fueron las constantes al interior de la sala.
Como es habitual, los reporteros hicieron la lucha por conseguir la declaración del día, por lo que apurados corrían tras la nota. Sin embargo, el tiempo fue su peor enemigo, pues mientras algunos se daban vuelo con las entrevistas, en el mismo momento se escuchaba por el sonido local una voz que anunciaba el inicio de la sesión.
Al cabo de unos segundos, se declaró formalmente abierta la sesión, en la que el protagonista principal fue la disculpa pública en nombre de regidor Silvano Flores Morán, quien informó unas horas antes a los integrantes del cabildo, que no asistiría a la sesión de este martes, argumentando atender “asuntos” de tipo personal, lo que provocó las sonrisas de algunos y las miradas cómplices de otros.
Segundos más tarde fue sometida a la votación la dispensa de lectura de la sesión del pasado 31 de marzo, misma que fue aprobada sin “chistar”.
Fue así como llegó el turno del regidor julio César Martínez infante, quien en su calidad de presidente de la comisión de salud presentó la propuesta para integrar el Consejo Municipal de Salud, la cual paso sin pena ni gloria, y pareció no importarte a nadie, pues más tardó en leerse la propuesta, que en ser aprobada, por un cabildo impávido y falto de iniciativa.
Parecía que los regidores tenían una cita importante por cumplir, pues leyeron propuestas y aprobaron “sin ton ni son”, pareciendo más un concurso de carreras que un debate político. Tal fue la indiferencia a los temas del día, que muchos optaron por revisar sus celulares mientras transcurría la lectura de documentos.
Durante la participación del priísta Emiliano Cruz Mireles, presidente de la Comisión de Seguridad Pública, quien presentó su propuesta para integrar el Consejo Municipal de Seguridad Pública, muchos aprovecharon para ponerse al tanto de los chismes locales, pues descaradamente platicaron, sin poner atención alguna a la sesión.
Entonces tomó la palabra el primer síndico, Javier de los Santos Valero, quien leyó la propuesta para integrar el Comité de Compras y Operaciones Patrimoniales del Municipio, tema “escabroso y polémico”, en el que se esperaba que los regidores por fin despertaran del letargo al que estaban sometidos.
Dicha predicción fue cumplida, ya que Helga Ruth Vázquez Ruiz despertó de su letargo y se pronunció a favor de que se trasparentara el proceso de la formación y operación del comité, para evitar los “malos manejos” del dinero.
Además, preguntó ¿quienes lo van a integrar? porque no se puede ser juez y parte. Para rematar diciendo “necesitamos que alguien los supervise y se nos informe a los integrantes del cabildo, porque he visto mucho “tráfico de influencias” y no quiero que ese mismo sistema se presente en esta administración”.
En este contexto, Amelia Rincón Tuexi, se sumó a Vázquez Ruíz, exigió trasparentar el proceso de operación del Comité de compras del Cabildo victorense, y aprovechó para pedir apoyo al comercio local.
”Propongo un reglamento que beneficie al comercio local, queremos compras transparentes. Que no haya empresas al vapor”. Además enfatizó “Hay que darle prioridad a lo local y a la calidad. También tenemos que revisar los pagos oportunos a proveedores, para que sigan trabajando y cumplan puntualmente con lo que se les ha solicitado”.
Ante estas breves intervenciones, Rafael Rodríguez Salazar, el secretario del Ayuntamiento, dijo que será la Contraloría municipal quien se encargue de fiscalizar los trabajos de este grupo para que no haya negocios turbios en la alcaldía victorense.
A diferencia de otras sesiones, los síndicos y regidores llegaron con la energía por los suelos, sin ánimo de debatir y participar. La apatía fue contagiada incluso hasta con los integrantes de la prensa, quienes aprovecharon para saludarse y bromear entre si, como si estuvieran en una fiesta familiar, olvidándose que se encontraban en plena sala de cabildo.
Probablemente el silencio y la indiferencia en el cabildo, hizo eco en Julio César Martínez Infante, quien casi ya para concluir la sesión, intentó ponerle “sazón al caldo”, y sacó a colación el tema de la reciente renuncia del auditor superior del estado Gerardo Robles Riestra, y del nuevo encargado del despacho de la Sedesol federal en Tamaulipas, Humberto Reynoso, pero lo único que obtuvo tras su intervención fue impacientar a Helga Ruth Vázquez, quién afanosa decía a los demás regidores “ya córtenle, que se hace tarde”.
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