Aunque acostumbramos a asociar las adicciones con elementos nocivos como el alcohol o el tabaco, la verdad es que también se puede ser adicto a la comida. De hecho, el comer compulsivamente es el trastorno alimentario más comúny lo padecen tanto personas con obesidad como con peso normal.
El comer compulsivamente se define como perder el control de lo que se come, ingiriendo grandes cantidades. Además, las personas que lo sufren se obsesionan por la comida y empiezan dietas una vez tras otra. Por eso, son candidatos a los conocidos síndromes del yoyo, por los que suben y bajan de peso constantemente.
No podemos confundir el comer compulsivamente con simples atracones que todos hayamos podido tener alguna vez o con la bulimia. Los adictos a la comida no se inducen el vómito, ni toman laxantes ni diuréticos: solo comen. Para que una persona sea considerado comedor compulsivo debe cumplir con algunas de estas características:
• No poder controlar las cantidades de lo que se come
• Comer muy rápido
• Comer aunque se esté muy lleno
• Comer en soledad
• Tener sentimientos de culpa después de la comida
• Tener sentimientos de culpa después de la comida
No se ha podido certificar las causas por las que una persona se convierte en un comedor compulsivo, pero lo que si es verdad es que la mitad de las personas que lo son tienen un historial médico de depresión.
Comer de esta manera tan exagerada no es bueno para el cuerpo y puede tener consecuencias, como alteraciones gastrointestinales, de vesícula biliar, hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares.
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