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miércoles, 18 de abril de 2012

“Sólo en esto es en lo que nos podemos ocupar”


Santos Osiel Martínez, operador de la Ruta 10 Sosa-Treviño
El oficio de operador de microbús, una alternativa digna pero sufrida contra el desempleo y la necesidad

Por: Alejandro Echartea

En
 el extremo sur de la ciudad cruzando las vías del ferrocarril enclavado a un lado del ejido Esfuerzo Popular se encuentra una colonia con idéntico nombre, para llegar ahí el camino es áspero y difícil de transitar, sus calles nunca han conocido el pavimento, las esquinas son improvisados basureros ya que el camión de la basura tarda hasta 3 semanas en pasar, las viviendas son humildes y en el ambiente se respira un aire todavía campirano… al final de éste recorrido se encuentra la terminal de la Ruta 10, la Sosa-Treviño.



Agotadoras jornadas de trabajo
Santos Osiel Martínez Valadez es un joven de no más de 20 años quien debido a la necesidad y al desempleo tuvo que optar por dedicarse al difícil oficio de chofer de micro, con sus palabras nos relata sus experiencias: “nosotros entramos a trabajar a las 6 de la mañana pero si uno tiene guardia entra desde las 5 y de allá para acá…”, explica que sus otros compañeros de trabajo y él tienen que cubrir agotadoras jornadas de trabajo ya que aunque la hora de salida es a las 7 de la tarde el último micro en llegar a la terminal puede hacerlo pasadas las 9 de la noche.

El joven trabajador señala que muchos de los accidentes en los que se ven involucrados es por cansancio más que por negligencia de los conductores pero indicó que esto la gente no lo entiende y siempre culpa a los ‘peseros’ de cualquier incidente, “el chofer siempre es el culpable de los accidentes aunque el otro sea el que se haya atravesado”.

Entre las vueltas, a descansar un ratito
El recorrido inicia en la colonia Esfuerzo Popular y llega hasta el CONALEP -en el extremo norte de la ciudad- durando el recorrido más de 2 horas en ida y vuelta, “a veces llegamos con 5 u 8 minutos de ventaja al CONALEP, entonces aprovechamos para echarle agua al micro y aprovechamos para descansar tantito, en lo que sube el pasaje y de vuelta hasta aquí otra vez”.

En un solo día -revela Santos Osiel- pueden hacer hasta 6 recorridos, “es todo el día, uno como

quiera corre peligro de que va a veces bien –sin- tiempo o lleno de gente y el tráfico… y no da chance”.

En esa ruta hay 22 unidades que prestan el servicio de transporte público -varias de ellas en mal estado- a causa de las pésimas condiciones de las calles en que tienen que transitar y al exceso de uso a que están obligadas de funcionar, “lo que es sábado y domingo trabaja la mitad de los micros”.

“El pasaje se queja de que tardamos mucho –en pasar- pero uno viene con su tiempo y no tiene chance, ¿qué hace uno?, pues esperar a que suba el pasaje y a darle”, exhala con aire de resignación el joven chofer.

¿Por qué optaste trabajar en un oficio tan demandante?, pregunto: “pues es que uno tiene la necesidad, uno sale a buscar trabajo y no hay, la situación está bien difícil y sólo en esto es lo que nos podemos ocupar”, agrega que los gasolinazos mensuales no les han impactado gravemente ya que las unidades que conducen son a motor de gas y el precio de ese energético se ha mantenido estable en los últimos meses.

Osiel Martínez apuntó que al final de la jornada laboral tienen que sacar cuentas de lo obtenido durante el día con el propietario de la unidad, “en las barras sale lo que haces en todo el día y al fin en la noche haces cuentas, echas gas y de todo lo que hiciste se te da el 15%”, finalizó.



La ruta de los micros amarillos hace uno de los recorridos más largos, del extremo sur al extremo norte de la ciudad
Las calles de la colonia Esfuerzo Popular donde se encuentra la terminal de la ruta 10 se encuentran en pésimas condiciones lo cual acelera el deterioro de las unidades del transporte público

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