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miércoles, 13 de junio de 2012

“A los pasajeros sólo les pido un poquito de comprensión”


Andrés Salazar, 10 años en la ruta de Las Flores
Por: Alejandro Echartea

El
 motor a gas del viejo microbús rompe el silencio de las empinadas calles de terracería de la colonia Álvaro Obregón, más allá del libramiento Naciones Unidas al poniente de la ciudad, la colonia se encuentra ubicada casi sobre un costado de la Sierra Madre Oriental en un privilegiado lugar desde donde se alcanza a ver casi en su totalidad la serenidad de Ciudad Victoria, incluso hasta en un día nublado como este se puede ver -tramposamente cercana- la fantasmal silueta de la Torre Bicentenario.



Las primeras gotas de una inesperada lluvia se dejan caer sobre ese lugar, rápidamente, la cortina de lluvia abraza a la ciudad tendida hacia el oriente ocultando de momento el ir y venir cotidiano de sus habitantes, cerca de este lugar en una caseta improvisada con láminas galvanizadas se encuentra la terminal de la Ruta 4 “Flores-Hospital General”, lugar en donde el señor Andrés Salazar aguarda su turno de salida para abordar la unidad 118 y dar uno más de sus 6 recorridos diarios.

“Ser trabajador del volante conlleva mucha responsabilidad, para empezar tanto con las personas que llevamos a bordo como con los que nos rodean y también es un compromiso con la sociedad al momento de trasladarlos a sus fuentes de trabajo”, detalla el trabajador con diez años de experiencia tras el volante.

Don Andrés señala que anteriormente trabajó en la ruta “Blanco 12X16” así como trabajó de taxista en la Central de Autobuses, “hay muchos usuarios muy amables también como en todo lugar hay de todo tipos de personas gente buena y gente mala”.

A través de estos diez años de servicio detrás de un volante recuerda que la queja -por parte de los choferes- es hacia la gente que hace uso de este medio de transporte en estado de ebriedad, “uno no los detecta a tiempo y uno no se da cuenta y a veces van molestando al pasaje, eso es lo que nos perjudica en cierta forma”.

Al igual que en otras rutas el chofer de la unidad 118 especifica que diariamente realiza entre 5 y 6 vueltas de 2 horas cada una lo que sumado da más de 12 horas tras el volante soportando el tráfico, el calor y las calles en mal estado, “hay un lapso de descanso aproximado de 30 a 45 minutos entre cada vuelta, el recorrido de ida y vuelta llega hasta la –colonia- López Mateos en dos horas aproximado”.

Así mismo, apunta que como en otras rutas de la ciudad la entrada es a las 5:40 de la mañana y que el último microbús regresa a la terminal hasta las 11 de la noche, “en los fines de semana baja mucho el pasaje y así como se desploma el usuario pues también se desploma el servicio”.

¿Qué clase de experiencias ha tenido en estos 10 años de servicio? Pregunta el que escribe, ”de todas se puede decir, de todo un poco favorables y no

favorables, de todo un poco porque como andamos sobre la marcha suceden muchas cosas, gracias a Dios accidentes fuertes no me han tocado solo raspones a otros vehículos o que me han dado golpes también”, reseña.

La mayoría de los accidentes –explica Andrés Salazar- se deben a que al parecer todo mundo parece creer que tiene prioridad en llegar a su destino, “no es tanto que no sepamos manejar es que todos queremos llegar a la misma hora, desde el momento en que estamos detrás de un volante quiere decir que sabemos manejar pero la educación vial… esa es otra historia”.

Don Andrés Salazar apuntó que no es fácil hacer un diagnóstico de qué ruta sea la mejor pero comentó, “siendo sinceros ninguna ruta tiene sus unidades al 100%, hay otras que tienen un muy buen pasaje como la NacoX30, la Modelo o la Luis Echeverría, pero en calidad del servicio yo creo que en todas las rutas los choferes tratamos de dar lo mejor”.

En éste momento el chofer aprovecha para dirigir un mensaje a sus usuarios de la Ruta 4, “les pido nada más un poco de comprensión porque a veces uno va un poco recio por cuestiones de que por el tráfico nos resta tiempo, deben de entender que nosotros tenemos que llegar al punto de checado a tiempo, con esto no quiero excusarme, solo quiero que nos tengan un poco de comprensión”, reveló y agrega que en esta ruta se cobran 20 pesos en cada reloj checador por cada minuto que llegan retrasados y que como trabajadores no pueden permitirse tener pérdidas ya que el negocio no es tan próspero como la gente imagina.
En la Álvaro Obregón y en lo alto de la sierra, el paradero de la Ruta 4

La mejor ruta:
“Siendo sinceros ninguna
ruta tiene sus unidades
al 100%”: Andrés Salazar

El usuario opina:
“Los micros son una chatarra
pero también las calles
están todas feas y con
pozos”, Lety Cantú,
estudiante, CBTis 236

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