Por: Gerardo Rosales Miranda
UNA TRISTE HISTORIA
En la mañana del 5 de junio de 2009, tuvo lugar una de las más terribles tragedias ocurridas en México, por culpa de la negligencia oficial y empresarios llenos de codicia. En la estancia infantil ABC ubicada en Hermosillo, Sonora, fallecieron calcinados 49 niños entre cuatro meses y cinco años de edad, tras propagarse un incendio que inicio en una bodega contigua.
La ambición por el dinero fácil, llevo a un grupo de empresarios sonorenses a poner estancias infantiles para aprovechar el modelo de subrogación del Instituto Mexicano del Seguro Social que por cada niño les pagaba alrededor de 2 mil 309 pesos mensuales.
La lógica empresarial de estos empresarios consistió en convertir una bodega en guardería, la pintaron de colores llamativos, instalaron cunas usadas, una cocineta en un lugar insalubre, además de contratar personal sin experiencia en cuidados infantiles pagándoles salarios de miseria; sin importar las reglas en materia de protección civil, la contratación de un médico epidemiológico, menús balanceados y personal profesional.
ESTANCIA INFANTILES SEDESOL
Tal parece que en Tamaulipas, se repite el mismo esquema de tráfico de influencias ocurrido en Sonora, con la guardería ABC. El premio a la militancia, el compadrazgo y el amiguismo son requisitos suficientes para el otorgamiento de concesiones de guarderías a “empresarios tamaulipecos” que quieren hacer negocio con el dinero público.
La delegación de la Secretaria de Desarrollo Social (Federal) aplica en el estado el “Programa Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras” cuyo noble propósito es apoyar a las madres que trabajan, buscan empleo o estudian para que cuenten con tiempo disponible y les permita permanecer en el mercado laboral.
El servicio de guardería se otorga a través de subsidios entregados directamente a personas físicas o personas morales que lo soliciten y cumplan con las disposiciones del Programa. Según las reglas de operación la asignación de los apoyos económicos a los dueños de las estancias es de 700 pesos mensuales por cada niño o niña de 1 a 3 años; $1,400 pesos mensuales por cada niño o niña de 1 a 5 años; $61,000 pesos para la adecuación y equipamiento del inmueble; $41,000 pesos para que realicen las adecuaciones mínimas necesarias al inmueble y compra de equipamiento así como $6,000 pesos cuando se presente un Programa Interno de Protección Civil del inmueble en el que opere la Estancia Infantil.
MI ANGELITO “AZUL”
En una investigación realizada se encontró que en Tamaulipas operan 320 guarderías, en la que se cuidan a 8,429 niños y niñas beneficiando a 7,866 madres trabajadoras, estos datos pertenecen la dirección de Políticas Sociales de la SEDESOL federal.
Al efectuar un análisis comparativo de las 320 estancias que operan en el estado, contra el padrón de militantes del Partido Acción Nacional, se localizó al menos 12 personas que tienen una guardería afiliada al programa y a la vez están inscritas en el PAN.
En el sólido sur, Castillo Flores Elba Karen, tienes una concesión en Tampico la guardería se llama “La Ranita Feliz” Elba Karen ingreso al PAN el 6 de marzo de 2001, es miembro adherente, en el municipio de Madero.
En la agitada ciudad norteña de Reynosa, Silvia Herrera García, tiene una concesión para recibir angelitos, su guardería tiene el nombre de “Bob Esponja”, Silvia entro al PAN el 3 de diciembre de 2005, es miembro activo, su clave electoral del IFE con la que se registro es HEGS581103MTSRRL00.
En Ciudad Victoria, Mireya Moreno de León, tiene un subsidio y en agradecimiento al partido albiceleste nombró a su guardería “Mi Angelito AZÚL” violando la ley electoral al utilizar de manera burda los colores de un partido político en un programa social financiado con recursos públicos. Mireya ingreso al PAN el 22 de enero de 2007 como miembro activo, a un año de su ingreso obtuvo mágicamente la autorización tan anhelada.
Recientemente en Reynosa, María Teresa Candelario Pérez muy agradecido con los jugosos subsidios le puso a su nueva guardería el nombre de “Calderón Hinojosa”.
EL RETO DE REYNOSO RIOS
Tras la salida de Lucía Alzaga Madaria, la corrupción sigue apareciendo en programas sociales como Oportunidades, 70 y más, Opciones Productivas, Empleo Temporal entre otros.
El nuevo delegado de la SEDESOL, Álvaro Humberto Reynoso Ríos, se enfrenta ante un escenario de tráfico de influencias, premio a la militancia y el amiguismo en el otorgamiento de apoyos de los programas sociales.
Reynoso Ríos, se encuentra ante la disyuntiva de continuar con el mismo esquema de corrupción de Alzaga Madaria o de poner orden para garantizar que los “casas habitación” convertidas en guarderías cumplan con los requisitos de protección civil establecidos en las reglas de operación con el fin dar certeza a la sociedad y a los padres de familia de que los inmuebles que albergan a los infantes beneficiarios de este programa ofrezcan las condiciones adecuadas para brindar el servicio de cuidado y atención infantil.
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